Eso no te pertenece, no te lo lleves

Eso no te pertenece, no te lo lleves

Poco va del 2022 y ya se han reportado en la Región Metropolitana distintos casos de robo de equipos, vehículos y productos de reconocidas cervecerías. Además de la impotencia generada en las víctimas, estas no solo pierden cerveza para la venta, sino que también pierden valiosos activos para desarrollar su negocio. Esto no puede seguir si es que queremos un país más justo y un rubro que se desarrolle y siga ganando terreno.

Se ha convertido en algo común conocer el caso de barriles de acero inoxidable de distintas marcas que "se pierden" en la calle. A veces pueden ser descuidos o descoordinaciones, pero en su mayoría hay mala fe de personas reales que deciden colocar estos activos ajenos —los barriles— en el mercado negro. Los toman, deciden que es una buena idea ofrecerlos sin dejar rastro a un bajo precio a otros compradores que aceptan y sienten que hicieron un buen negocio. Esto se ve en grupos masivos de Whatsapp o en redes sociales (muchas en Facebook, sí). Las partes se coordinan y la transacción se concreta. Desde ahí, el dueño real de los barriles ya no tiene cómo recuperar lo que fuera suyo… ya se perdió la pista.

¿Quién paga el costo? La cervecería que fue víctima de esta injusticia podrá enterarse o no de lo que está ocurriendo y difícilmente podrá detenerlo, asumiendo el costo de su inversión perdida, la que probablemente tendrá que volver a hacer —pensemos en los barriles, en máquinas de schop, en un furgón de reparto—. Varios pensarían que esto ocurre solo a grandes marcas como CCU o AbInbev, donde el hecho es igualmente repudiable. Sin embargo, la evidencia de estos últimos meses muestra cómo son pequeños emprendimientos los que ven que sus sueños y esfuerzos se esfuman en una terrible oscuridad.

¿Qué opinión tendrían los consumidores si supieran que la cerveza que se están tomando en su próximo schop viene de un barril del mercado negro? ¿Seguirían disfrutando de esa cerveza o condenarían el hecho y al bar que se los sirvió? Consumidores, puntos de venta y otras cervecerías que permiten que este delito siga ocurriendo son los mismos que pueden ponerle un fin a este fenómeno que es cada vez más recurrente.

Por Juan Zhuo


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