Byggvir: una cerveza para todos

Aldo Alcayaga (40) y Alejandro Cavalli (40) desde hace 15 años son dueños del clásico bar de cervezas Rubik, ubicado en Seminario, en Providencia. Tras tanto tiempo, un día se hicieron la gran pregunta: “Si somos un bar cervecero, tenemos conocimiento, compramos tantas cervezas, tenemos más de 100 etiquetas y 20 salidas de schop, ¿por qué no hacemos la nuestra?”. Ahí, entonces, nació Byggvir.

Alcayaga y Cavalli desempolvaron el curso de homebrewer que habían hecho en una cervecería 13 años atrás y comenzaron a producir en la cocina de la casa de Alejandro. Tiempo después, con equipos de 300 litros y dos fermenadores de 300 litros atmosféricos que habían mandado a hacer en Santiago, se cambiaron a un garage cerca del bar, luego a otro espacio y finalmente se instalaron en el lugar que habitan hace tres años: la planta en calle Arauco, en la comuna de Santiago, que, según cuenta Alcayaga, “es un galpón mucho más grande, tenemos cámara de frío, bodega. Tenemos mucho más espacio para crecer”. De hecho, dice, crecieron: compraron a BRIGHT un fermentador de mil litros y duplicaron así su producción mensual.

“El bar nos llevó a hacer cerveza. Ha sido bacán porque nosotros estamos metido en el mundo de la cerveza hace muchos años, teníamos mucho conocimiento adquirido del contacto con la gente: qué es lo que busca y qué es lo que quiere, y eso nos llevó a generar recetas que han funcionado súper bien porque conocemos un poco lo que la gente busca de manera directa en el bar. Se nos hace mucho más fácil. Conocemos al consumidor y eso nos ha ayudado harto. O sea, tener el bar antes que la cervecería es un plus grande, además, por toda la experiencia que tenemos con muchas cervecerías y porque tenemos muchos conocidos y muchos amigos en el mundo cervecero”, señala Alcayaga.

Actualmente, el negocio de Byggvir está en vender sus cuatro tipos de cerveza —y las estacionales— en Rubik, pero también en otros bares de la capital. La botella, puntualiza, se comercializa muy en menor medida. “Nuestro objetivo es el barril por ahora”, asegura Aldo. 

LA NUEVA BYGGVIR

“Byggvir es el dios nórdico de la cebada, al que se le rendía tributo para tener buenas cosechas y, por lo tanto, buena chela”, cuenta Alcayaga. Sin embargo, señala, “el nombre nació así como tirando ideas nomás, nunca quisimos encasillarnos en la imagen vikinga, nórdica, sino que fue un nombre que nos surgió, quedó ahí. Medio apurado lo sacamos y quedó”.

Por lo anterior, dice, actualmente están trabajando en un cambio de imagen, desde el logo, la tipografía, las etiquetas, hasta las redes sociales. Un relanzamiento, a cinco años de su nacimiento, de toda la imagen corporativa que estaría listo dentro de un mes e incluiría una nueva cerveza.

“Necesitamos que sea más fácil de recordar y de leer porque igual es un nombre complicado. Estamos trabajando con un estudio de diseño y de imagen para poder mejorar esa comunicación del nombre. Analizamos el cambio de nombre, pero no queremos cambiarlo. Sí vamos a tener que jugar con el trabajo de cómo leerlo, porque además nuestra tipografía es difícil de leer, entonces por todos lados es complicado. Ahí estamos viendo cómo simplificarlo”, sostiene.

Aldo destaca que "es un hito porque como ahora tenemos que salir a vender nuestra cerveza a más lugares, necesitamos tener una imagen que entre mejor. Ahora el doble de capacidad de la que teníamos, que tenemos que llenar”.

“CERVEZAS MUY BEBIBLE”

“Nuestro norte como cervecería es un poco tener una cerveza que sea directa, que sea no pretenciosa, sino que vaya directo a lo que la gente quiere y le gusta tomar. Nuestro foco también aparece en lograr hacer un producto técnicamente bien hecho, porque en eso nos estamos enfocando mucho ahora, y nos ha ayudado mucho en eso BRIGHT, en cuanto a equipamiento para poder tener un producto estable en el tiempo, que no varíe entre fermentación y fermentación, que nos dé buena eficiencia en la producción”, dice Alcayaga.

Y agrega: “A nosotros nos gusta trabajar con BRIGHT porque los muchachos son súper cercanos, entonces están súper abiertos a poder responderte de forma muy transparente lo que ofrecen y cómo te pueden ayudar. Nosotros hemos llegado a ellos por cosas muy puntuales, así como buscando esto o esto otro y siempre nos tienen una solución a lo que estamos buscando. Por ejemplo, lo último que les compramos fue un fermentador de mil y un chiller grande, y llegamos por algo bien específico y ellos nos fueron asesorando diciendo tenemos esto, tenemos esto otro, encontramos esto que también les puede servir, y nos ofrecieron también, que yo creo que es lo que más nos ha ayudado ahora último, My Track, que es el traqueo de barriles, que también nos vino a solucionar un problema grande que teníamos de manejo de los barriles mismos”.

Ahora, retomando hacia dónde va Byggvir, Aldo es claro: “Queremos llegar a ser una cervecería que te ofrezca cervezas muy bebibles, no cosas de nicho, extrañas, raras, sino que un producto como para el día a día al final. Llegar a gente que le guste la cerveza, pero que no necesariamente sea un snob cervecero. Nuestra cervecería está apuntando a hacer una cerveza de calidad, estandarizada, y que siga creciendo, que esté en muchos lugares, ojalá con su imagen presente en varios bares, principalmente, porque nuestro foco es ese cliente: gente que va al bar más que llegar directamente a las casas de las personas”.

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